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El cofundador de la firma corredora de granos icónica de Rosario participó de una nueva edición del Día del Inversor de ADBlick Agro y se mostró optimista por el sendero económico del país: “Se acabó el negocio financiero en las empresas”.

Luego de 25 años de emprender y trazar nuevos objetivos en el mundo de las comercializaciones del agro, la razón social “Futuros y Opciones S.A”, más conocida como “fyo”, hizo un repaso del momento del país y de cómo fueron adaptándose a los cambios de la Argentina.

Lo hizo uno de sus co-fundadores y actual CEO de la empresa, Alejandro Larosa, quien mantuvo una charla con José Demicheli, CEO de ADBlick, en el marco de un nuevo “Día del Inversor”.

Fyo es una firma rosarina a la cual más de 8.000 productores le entregan sus granos y confían diariamente. De ese universo, los directivos estiman en más de 700 el grupo de productores y clientes en general con mayor compromiso y un vínculo estable a lo largo del tiempo.

“Soy de Rosario y mi primer trabajo fue en la Bolsa de Comercio. En ese momento, en 1998, internet era muy incipiente y había mucha asimetría de conocimiento, a veces el productor no sabía por qué subían o bajaban los precios o incluso se enteraban al día siguiente a qué precio vendían. Parece mentira, pero era así”, graficó Larosa.

Fue en ese momento en el que advirtió junto a otros profesionales la necesidad de que el ecosistema productivo incorpore herramientas de manejo de futuros y financiación. 

“Enseñamos lo que era un carry y que acarrear la mercadería merecía un premio. Y en ese marco vimos que internet era un canal ideal para democratizar el acceso a la información y de dar herramientas para transaccionar online con un canal de distribución muy económico y escalable”, comentó Larosa.

EL MOMENTO PARA LOS NEGOCIOS DEL AGRO

Durante una hora de charla, Larosa compartió vivencias al frente de fyo junto a Demicheli. En ese marco, el contexto actual de la Argentina y las variables macroeconómicas no fueron dejados de lado.

“¿Te imaginabas estar a un año de haber asumido Milei con un dólar a $1.100 y una inflación del 2%? Pocos lo podrían haber pronosticado. ¿Cómo te impacta eso en tu mirada de empresario y qué estás viendo para los próximos tres años?”, le consultó Demicheli.

Larosa sostuvo: “Obviamente que me sorprendió para bien. Lo que es increíble es que eso demuestra la capacidad de recuperación que tiene la Argentina cuando hay una administración ordenada”.

“Imaginate si pudiéramos mantener este orden macroeconómico durante una década y media, lo que podría ser nuestro país. Ojalá lo sostengamos independientemente de quién gobierne”, afirmó.

Uno de los aspectos que describió con pesar fue la trama de tareas vinculadas al ámbito de lo financiero en las cuales las compañías de la producción agropecuaria, en muchos casos, se veían enroladas para solventarse. 

“En el corto plazo se acabó el negocio financiero. Antes prácticamente no hablábamos de eficiencia y de costos, no tenía sentido. Era mucho más importante qué hacíamos con los pesos, decisiones que tenían que ver con las regulaciones actuales y con las que nos imaginábamos que podían poner. Era un delirio”, planteó Larosa.

Por eso comparó: “Yo creo que ahora vamos a estar pensando en productividad y en ver cómo podemos ser más competitivos e invertir más que antes”.

¿NUEVOS CAPITALES PARA LA ARGENTINA?

“Creo que va a entrar capital a la Argentina y a nuestro negocio, aunque todavía no lo estamos viendo. Pero si esto se sostiene, en 12 meses más seguro empezaremos a ver inversiones extranjeras directas”, calificó el CEO de fyo.

En ese marco, Demicheli apuntó la comparativa con campos agrícolas de otras partes del mundo. “Han empezado a sonar los teléfonos de gente muy rica porque ahora, Argentina, volvió a estar en su en su ‘mapa de TEG’ y nos empiezan a mirar”, analizó Demicheli, que sumó un ejemplo comparativo: “hoy una hectárea en Pergamino vale un tercio o el 40% de lo que cuesta una hectárea agrícola en Iowa, Estados Unidos”.

Por eso Larosa respaldó en el mismo sentido. “Vemos que hay tanto interés como consultas. Nos miran, pero también aún hay preguntas acerca de si esto se sostiene o si solo es un veranito”.

“A largo plazo esto es sano, porque nos dejan quieto el arco y vamos a poder desarrollar una estrategia consistente que no va a cambiar en el día a día. Y eso te cambia completamente la mentalidad y la manera de gestionar una empresa”, explicó el CEO de fyo.

Por otro lado, Larosa matizó ese efecto con lo que se plasma hoy en día en varios puntos del negocio agrícola. Y si bien advirtió por una “compresión de márgenes”, lo analizó como una manera de expresión del propio “ciclo empresarial”.

“En el cortísimo plazo obviamente se nos encarecen los precios en dólares y justo bajó el precio de los granos. Pero la verdad es que no nos preocupa, nos parece natural. Lo tomo como parte del ciclo de los negocios. Parece una paradoja, pero lo vivo con mucha alegría y esperanza, y ojalá se mantenga y está en nuestro desafío buscar que los negocios crezcan y que crezca la productividad, y ser más eficientes”, opinó.

UNA ALIANZA PARA CRECER

Hoy en día, luego de los 25 años que fyo tiene en el mercado argentino y de otros países de la región, su principal socio es la firma Cresud. Pero no siempre fue así: fyo supo tener otros socios y el camino decantó en un vínculo de solidez y confianza con una de las empresas más pujantes de la Argentina, liderada por Eduardo Elsztain y su hermano Alejandro.

“En 1999 ser emprendedor era algo verdaderamente muy informal. Yo de hecho ni conocía el término. Pero Cresud hizo una inversión muy importante en el 2000 y después nos ayudaron a ordenarnos. Ellos son muy emprendedores y gente que apuesta y confía en el país, miembros de una cultura empresarial muy particular porque los empresarios argentinos en general no se caracterizan por querer mostrar sus balances y cotizar en bolsa, o rendirle cuentas al mercado”, comparó.

Y sostuvo: “Tienen normas de compliance y de reporting que hacen a una cultura de transparencia que, si me preguntabas a mí en el año 2004 o 2005, nos era muy pesado porque nuestro negocio era chiquitito y para consolidar balances había que cumplir con normas de compliance para una compañía que operaba en Nueva York. Pensábamos que era burocracia y que no tenía sentido. Pero eso nos dio un orden operacional que nos permitió escalar”, calificó.

“Eso con el tiempo se convirtió en una ventaja y no lo hubiéramos hecho sin socios como ellos”, aseguró Larosa.

EL EMPRESARIO Y SU LUGAR EN EL MUNDO

En este marco, para Larosa la Argentina vivirá “tiempos vibrantes”. E incluso habló de su sueño personal no solo al frente de fyo, sino como empresario. Y como rosarino.

“Y yo tengo unas ganas muy fuertes de atravesarlos, eso me llena de entusiasmo. Creo que vamos a estar en un ambiente mucho más competitivo del que estuvimos hasta ahora, pero la competencia nos ayuda a mejorar”, planteó. “Ojalá vuelva a entrar esa plata que quiera comprar campos, y que quiera producir para consolidar sectores”, resumió.

Por eso le dedicó unas palabras especiales a su ciudad, una de las más importantes del país y fuente de puestos de trabajo directamente vinculados a la agroindustria. “A mí me encanta lo que hago y mi sueño es tener un grupo multinacional basado en Rosario, eso me da mucho sentido y para mí es muy importante que todo esto esté basado en Rosario y que gran parte del empleo que generamos esté aquí”, comentó.

“El impacto que busco en la sociedad es ese, a través de la actividad empresarial. Es lo que sé hacer, lo que disfruto y lo que me gusta”, se definió y cerró.

El “arte” de hacer negocios: los cambios de contexto mundial y en la coyuntura país; llegó el momento de ser eficientes y así lo plantearon referentes del sector agropecuario en Argentina Visión 2040

Esta semana se realizó una nueva edición de Argentina Visión 2040 bajo el lema “El arte del desarrollo de negocios del agro en Argentina hacia el mundo: la mirada de los expertos en búsqueda del agregado de valor”.

El encuentro, que se realiza año a año 100% a beneficio de la fundación Bisblick, fue el contexto ideal para que los principales referentes del agro y la innovación compartan su visión sobre las oportunidades en el mundo que viene y que en muchos aspectos ya llegó y está entre nosotros.

Gracias a los asistentes y sponsors del evento, BisBlick Talento Joven, ONG que acompaña a jóvenes de potencial en contexto de vulnerabilidad socioeconómica para que puedan convertirse en los primeros profesionales de sus familias, recaudó fondos para cubrir 30 becas.

“Vemos jóvenes que tienen resiliencia y convicción en el estudio como forma para salir adelante”, destacó Belén Ochoa, directora ejecutiva BisBlick Talento Jóven, quien reflexionó sobre un contexto educativo en donde el 50% de los jóvenes no termina un estudio secundario. “Y si vamos a los contextos en donde trabajamos con Bisblick, solo el 13% finaliza un estudio superior”.

Ochoa invitó a reflexionar qué se puede hacer cada uno, como organizaciones y como empresas, y resaltó la necesidad de trabajar en red para generar un impacto. “Tenemos que cambiar la mirada, ¿miramos la vulnerabilidad o el potencial? El potencial está”, agregó y apuntó a la generación de oportunidades.

También citó una frase de una de las becadas del programa de Bisblick: “Nunca subestimes el poder de tu determinación, cada obstáculo es una oportunidad. Rendirse no es una opción, sino una pausa para el próximo gran avance”.

“Todos tenemos el poder transformador y todos tenemos que hacer algo por el contexto educativo, social y económico que estamos viendo en Argentina”, remarcó.

El “arte” de hacer negocios en el agro

José Demicheli, CEO de ADBlick, destacó el «arte» del desarrollo de negocios y decidió no escribir un discurso: «Es como pedirle a un pintor que escriba cómo hace sus cuadros. Lo que quisimos focalizar en este título es cómo, con las nuevas realidades y economías, hay una transformación en la Argentina, que esperamos que continúe, tenemos que desarrollar nuevas habilidades», señaló y apuntó: «Hacer negocios es un arte de combinar la velocidad y la calidad, el timing es todo. Y tengo que hacerlo desde un cimiento de calidad. Tengo que motivar e inspirar al equipo y trabajar a nivel cluster. La empresa que se precie de ser independiente está condenada, el trabajo en red es el gran éxito de las empresas que logran trascender».

“Este es un año para mirarnos de adentro hacia afuera, dejando a la política de lado. tenemos que empezar a cabalgar porque el potro está siendo domado. Con un potro domado, ¿cómo puedo mejorar mi galope?», remarcó.

“De alguna manera ADBlick es un ejemplo de emprendedurismo de talentos sin capital. Siempre le digo a mis alumnos, que la abundancia está afuera, solo es cuestión de capturarla. Bill Clinton cuando era presidente tenía menos información que un chico en Kenia hoy. Y de alguna manera esto de separar el capital del talento es un poco el inicio, de haber pensado en 2006 una empresa distinta”, repasó Demicheli sobre ADBlick Agro, que ya emplea a más de 150 personas.

Además, puso como ejemplo de co-creación a Bisblick y al encuentro de Argentina Visión 2040, que organizan junto a Argensun Foods, el Centro de Agronegocios de la Universidad Austral y Lartirigoyen. 

Alianzas y transformación de las empresas de agro

Pablo Tamburo, CEO de Argensun Foods destacó el rol de la palabra “alianza” y la apertura a la transformación: “Creo que va por ahí”. 

“Arrancamos siendo especialistas en girasol confitero y tuvimos que transformarnos en una empresa de alimentos. Arrancamos siendo una empresa familiar y tuvimos que transformarnos a una empresa profesional, porque el mercado y la competitividad lo requería. Ahora pasamos a ser una empresa de alimentos con todo lo que eso acarrea”, comentó.

“Ponemos mucho foco y estamos esperanzados. Exportamos a más de 70 países en el mundo y creemos en el potencial que tenemos los argentinos de poder hacer bien las cosas. Preferimos basarnos en un modelo completamente integrado, de eficiencia operativa, de ‘agresividad’ comercial y creemos que tenemos un montón de cosas para salir a hacer esta transformación, basándose en un proceso de digitalización integral”, apuntó.

“A través de los años, desde 1986 hasta ahora, tuvimos muchos escenarios diferentes. La gran virtud que tenemos los argentinos es que estamos totalmente acostumbrados, somos resilientes como sector”, dijo a su turno Ignacio Lartirigoyen, presidente de Lartirigoyen, una empresa líder en producción agrícola. “Lo mismo que sentimos que nos sacó divisas y una parte de lo nuestro es lo que nos hizo ser muy eficientes y adaptables como sector”, añadió.

¿Cuál es el desafío? “Nuestra empresa nació manual y el proceso es cada vez más digital. Necesitamos cambiar la tecnología y el desafío es adaptarnos, porque si a este Gobierno le va bien vamos a tener que ser más eficientes. Argentina te saca un montón pero también nos dio muchas oportunidades. Si volvemos a ser un país normal creo que todo lo que hablamos hoy lo vamos a tener que adoptar. Las empresas que no se adapten van a estar dentro de los que desaparezcan”, ratificó Lartirigoyen.

Oportunidades en el nuevo contexto: el rol de América del Sur

En línea con Lartirigoyen, Bernardo Piazzardi, director ejecutivo de la Maestría de Negocios del Centro de Agronegocios de la Universidad Austral, señaló que en el nuevo contexto de la Argentina hay que trabajar mucho la competitividad puertas adentro. “Se está dando, hay casos. Pero hay muchos deberes para hacer. Hasta en la cadena de la soja necesitamos mejoras”, planteó y dijo que la nueva “macro” se da en la Argentina pero también en el mundo.

“Es o ser competitivos o cerrar si se concreta lo que está pasando”, alertó y dijo que en la Argentina hay muchas oportunidades porque se cumplen factores claves: “Hay capacidad actual y futura para generar biomasa, para industrializarla y para acompañarla con conocimientos y recursos (talento)”.

Bernardo Piazzardi puso como ejemplos a BIO4, Bioceres y hasta MilkyNet, un establecimiento lechero modelo de Santa Fe.

José Gobbée, de Context Network y profesor de Estrategia en MBA Agronegocios Univ. Austral, destacó que continúa la creciente demanda de alimentos: “Ahora también por productos sustentables. América del Sur es la región mejor posicionada para satisfacer esta demanda durante los próximos 10 años”. Al mismo tiempo, puntualizó que los nuevos consumidores exigen mayor sustentabilidad, transparencia, variedad y trazabilidad a lo largo de la cadena. 

“Empresas de alimentos y productores necesitan adaptarse rápidamente a las nuevas exigencias. Aparecen nuevas tecnologías e innovación en recursos financieros a nivel global con nuevos jugadores que apuestan a que la tecnología traiga soluciones”.

¿Cuáles serán las empresas ganadoras?

 “Las que ven y aprovechan nuevas tendencias como oportunidades”, respondió y dijo que la inteligencia artificial acelera las tendencias de digitalización del sector. “Hay que aprovechar las oportunidades históricas”, destacó.

Martín Piñeiro, director del Comité de Asuntos Agrarios del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), dijo que el contexto global para el negocio agroalimentario es razonablemente bueno: “Hay demanda y muchas oportunidades tecnológicas y productivas”. Pero alertó: “Estamos en un mundo más complejo y difícil al cual hay que adaptarse con flexibilidad e inteligencia”. “Las políticas públicas son importantes, hay que organizarse y estar presente en la discusión pública”, reflexionó. “Si nos juntamos la resolución de los temas sería bastante distinta”. 

Iván Ordoñez, economista especializado en agronegocios y director del Posgrado en AgTechs de UCEMA, explicó la diferencia entre las anteriores revoluciones verdes y la actual: “A diferencia de las anteriores revoluciones verdes, las agtech trascienden estrictamente a lo agronómico y productivo e impactan en la gestión de la empresa agropecuaria y de las relaciones entre ellas: son una revolución en la metodología de trabajo, ya que potencian el proceso de toma de decisión en las decisiones productivas y comerciales y su ejecución”, demostró.

En esa línea, hubo un gran panel de emprendedores con: Delfín Uranga, CEO y Co fundador de Silo Real, Joaquín Fisch, Co-Founder & CEO DE Nat4Bio, Juan Pablo Carrera, CEO DE FerSam Agroindustrial,  Matias Lopresto, Director de Biofilm y Juan Cabrera, fundador y general partner de Xperiment Ventures, María Eugenia Farias, biologa y Co-founder de Puna Bio.

El momento emotivo de la jornada se vivió cuando le tocó a esta última contar la experiencia fundacional de su emprendimiento ante la espontánea felicitación del público presente a través de los aplausos. La innovadora empresa Puna Bio, que nació de investigadores del Conicet que buscaban microorganismos en las condiciones extremas de las zonas andinas, ubicadas a gran altitud, con poco agua, mucho calor y frío, crea productos biológicos para el agro, destinados a potenciar los rendimientos de cultivos como el trigo y el maíz y ha sido recientemente destacada como una de las 100 empresas más importantes del mundo en términos de importancia para la alimentación de la población mundial. 

Ricardo Yapur, CEO de Rizobacter, reflexionó: “Hay muchísimo futuro y tecnología que se puede aplicar al agro. Aplicamos tecnología para producir pero podríamos aplicar mucha más tecnología para comercializar y para varias cosas que nos ayudarían a reducir costos”. 

En este orden de ideas y a modo de ejemplo práctico, destacó Joaquin Fish que la posibilidad de usar productos biológicos para que la fruta no se pudra y extender su vida útil nos permite exportar productos orgánicos cuyo precio es drásticamente superior, entre otras posibilidades de captura de oportunidades. 

“La culpa es nuestra, no somos el ejemplo de Brasil trabajando juntos en el Congreso, no nos vendemos cómo deberíamos vender. Somos muy optimistas, porque cuando invertimos para sembrar maíz a cielo abierto no somos llorones. Deberíamos trabajar más en conjunto. Invertimos hasta US$ 20.000 en 35 millones de hectáreas. Se debería festejar el día del inversor agropecuario”, reflexionó junto a Renato Falbo, miembro de la Mesa de Socios ADBlick Granos y socio fundador FG Group.

De esta forma, en un año marcado por cambios económicos que pretenden dar un nuevo rumbo al país, en un contexto mundial e interno complejo, donde el sector de agronegocios tiene como desafío liderar un cambio en el pensamiento y actuar con relación a los distintos actores de nuestro país, Argentina Visión 2040 se planteó como un espacio de encuentro y reflexión para analizar conjuntamente los desafíos y retornar a la senda de crecimiento.

Para ver el evento completo, se puede entrar a este link

El complejo sojero plantea la necesidad de reconocer la realidad de un sector que se estancó mientras países como Brasil y Estados Unidos capitalizaron un boom de los biocombustibles; «Argentina es un espectador», destacan

«El primer paso para crecer es reconocer dónde estamos parados», comentó Alfonso Romero Vedoya, director general ejecutivo de COFCO International, empresa que en Argentina lidera las exportaciones de soja y subproductos, durante una charla organizada por ADBlick Agro.

«Esta industria tiene un problema importante, nada que no se pueda cambiar, pero tenemos una crisis estructural importante viendo cómo los vecinos capitalizan las oportunidades», continuó el directivo de la multinacional de origen chino.

Del panel también participó Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera (CIARA) y Centro de Exportadores de Cereales (CEC), que nuclea a las empresas que representan el 48% de las exportaciones del país. Idígoras definió: «Estamos en una situación extremadamente preocupante en la principal industria generadora de divisas de la Argentina». «Lo digo con muchísima preocupación pero no desánimo», aclaró.

Diagnóstico del complejo sojero: «No hay que desanimarse»

Alfonso Romero Vedoya compartió: «Una compañía como COFCO se quiere posicionar en los países que hay oportunidades, con reglas de juego claras, en donde crece la producción y los productores pueden crecer libremente con tecnología, para producir más volumen que estas compañías necesitan y saben manejar». Y ejemplificó: «COFCO está haciendo inversiones importantes en Brasil, un puerto enorme en Santos con capacidad para 15 millones de toneladas. Porque ven cómo Brasil más que duplicó la producción de soja, ahí está la oportunidad. Es tan sencillo como eso».

Idígoras compartió algunos números para graficar la situación y aclaró: «No hay que desanimarse porque hay una oportunidad de cambiar. El problema es que si no tenemos un diagnóstico compartido y consensuado de dónde estamos va a ser muy difícil promover la transformación que necesitamos».

Idígoras graficó que el comercio mundial de soja y subproductos derivados va en un tren a muchísima velocidad, tanto en oferta como también en demanda. «Argentina es un espectador, primero era parte del tren y ahora estamos en última fila viendo si cerramos el cine, cada vez más lejos de esa película». Pasando a los números, destacó que contra la campaña 2010, Brasil aumentó un 111% su producción y Estados Unidos creció más del 38%. En ese mismo período, la Argentina no creció, incluso descendió. «Y cuando vemos la molienda de soja, teniendo en cuenta que harina y aceite son los principales aportantes de divisas del país, la molienda creció 53% en Brasil y 42% en Estados Unidos, con compromisos de inversión para crecer hasta un 30% más en los próximos años en Norteamérica». Mientras tanto, en Argentina hay capacidad ociosa, el uso de la industria aceitera nunca supera el 60% de la capacidad total instalada: «No estamos creciendo ni en capacidad ni en ritmo de molienda», definió.

Hacia adónde va la demanda: «La estrella es el biodiésel»

«La estrella de esta película es el biodiésel. Los granos van a estar cada vez más vinculados al valor energético. Y Argentina está desacoplada de eso», resaltó el titular de CIARA-CEC.

El directivo de COFCO comentó que dividiría a la Argentina en dos: «Un período virtuoso de 2002 a 2010 dado por bajas retenciones y precios alcistas muy importantes». «Todas estas empresas invirtieron», dijo haciendo referencia a las empresas de CIARA-CEC. «Todos los años una empresa estaba anunciando una nueva línea de producción. En 10 años se duplicó la capacidad de molienda. Renova (la más grande del mundo) fue la última planta que se hizo, fue el fin de este crecimiento. Argentina crecía más rápido que Brasil».

Según advirtió, el país entró luego de ese período en una meseta, con altas retenciones, controles de cambio, reglas poco claras y mucha presión de estadíos intermedios, prestadores de servicios y sindicatos: «Todo el mundo quería llevarse algo de esta cadena de valor. Eso hizo que los márgenes se achiquen, que se termine el incentivo de producir soja con 33% de retenciones. Pasamos de un área sembrada de 20 millones de hectáreas a 16 millones cuando el mundo estaba creciendo con los incentivos adecuados. Es reversible en la medida de que los incentivos están dados».

En este sentido, destacó que el biodésel es importante para tener una industria competitiva: «Y no solo la industria debería estar reclamando esto, Brasil está cortando al 14% y del lado del productor también debería estar el afán del incentivo. Argentina está enfocada en producir alimentos, cuando Brasil y Estados Unidos están enfocados en producir alimentos y energía. La matriz de precio del productor es distinta en el exterior vs. Argentina».

Y para ser totalmente gráfico, Alfonso Romero Vedoya comentó: «Sería como si en el campo no solo hubiese un campo productivo sino también un pozo petrolero, que también produce energía. Hay que mirarlo así». Inmediatamente resaltó que Estados Unidos produce 120 millones de toneladas y muele el 70% de eso: «Casi la totalidad de lo que se procesa se transforma en biodiesel». En tanto, Brasil muele 50 millones de toneladas, y el aceite de la mitad de esas toneladas se transforma en biodiésel. «Te estás priceando contra la energía, es más atractivo».

Al mismo tiempo, se están abriendo nuevos mercados, como el HVO (Hydrotreated Vegetable Oil) y el SAF (Combustible Sostenible para la Aviación) y para fletes marítimos también: «Muchas compañías de fletes a partir de mandatos europeos están obligadas a agregar biocombustibles en sus fletes a Europa, el mercado se va desarrollando con el biocombustible, que es el nuevo driver de esta industria». «Y nosotros estamos afuera, defendiendo unos pocos intereses pequeños locales, cuando podría ser un driver muy importante para la economía del país y participar de esta tendencia global. Estamos perdiendo una gran oportunidad», definió.

¿Cómo aprovechar las oportunidades? 

«Argentina puede aprovechar las oportunidades, nuestro rol como industria es bajarlo a tierra y transformarlo en un mensaje claro para mostrar los caminos a tomar para que ocurra. No tenemos dudas de la voluntad del gobierno de hacerlo», comentó el directivo de COFCO y dijo que los productores argentinos son competitivos dadas las condiciones, por lo que la recuperación se podría dar de manera rápida. «Podríamos transformarnos rápidamente en un país que procese mucho más y que incremente su producción de maíz y trigo también», comentó y destacó la posibilidad de venderle a China.

«El Gobierno lo sabe y lo entiende pero hay que ajustar el GPS para que las decisiones estén alineadas con lo que el sector necesita», cerró.

Idígoras también destacó que el país está a tiempo de sumarse a la tendencia global, pero que hacen falta reformas: «Pero primero debemos convencernos de que estamos en esta situación desastrosa. Lo primero es compartir el diagnóstico».

«Llevamos 15 años de estar totalmente dormidos y paralizados. Es extremadamente negativo pero no hay que ser pesimista, hay varias cosas que se pueden modificar pero tenemos que estar convencidos de que estamos en esta situación», remarcó y dijo que siempre chocó con «cualquier equipo económico». «No hace falta personificar porque es un problema estructural de la Argentina, y tiene que ver con la escasez de divisas genuinas».

«Todo equipo económico mira la coyuntura, mira la situación que tiene máximo el mes que viene. No puede tener una mirada de prospectiva para ver qué necesita el sector oleaginoso para crecer un 20%. La cantidad de veces que fui con esa carpeta y volví sin ninguna respuesta. Lo que me plantean es, hoy, mañana y pasado, cuántas son las divisas que me pueden aportar. Todos esos debates se van a liquidar en Argentina cuando tengamos, primero, una unificación del tipo de cambio», agregó Idígoras para destacar que «el valor que tiene la unificación cambiaria no lo hemos dimensionado». 

«Hay gente que piensa que nosotros apoyamos los dólares especiales, es todo lo contrario, los detestamos», apuntó y remarcó: «Parecería que los gobiernos argentinos  y los equipos económicos trabajan para los compradores, y no para los vendedores. Salimos a rematar mercadería, generamos un enorme daño a la Argentina. No nos gustan los dólares especiales ni ningún tipo de prebenda ni nada por el estilo».

De esta forma, destacó que la unificación cambiaria es un tema central: «Este es un equipo económico que, como dijo Fernando Vilella, tiene una mirada macroeconómica extremadamente dura en términos de cómo llegar a ese objetivo, con superávit fiscal real y genuino. Consideran que la economía argentina naturalmente va a reaccionar y crecer para lograr la estabilidad económica». Pero Idígoras cuestiona el concepto de que el crecimiento se logrará «naturalmente». «Los sectores económicos vemos que en ninguna parte sucede, se necesitan políticas para promover condiciones de crecimiento».

A modo de ejemplo, detalló que no se puede crecer con 33% de retenciones. «Lo primero que tenemos que hacer es bajar las retenciones a la soja. Hicimos un estudio econométrico que si solo bajamos del 33% al 25%, Argentina tendría US$ 5000 millones más en un año.

El fisco en lugar de sacrificar US$ 320 millones ganaría US$ 730 millones por otros impuestos. Es verdad que son impuestos coparticipables, pero es saludable para salir de impuestos distorsivos». Igualmente, aclaró: «Hasta que no tengamos estabilidad, las discusiones van a seguir siendo de la coyuntura».

«Hoy hacemos este diagnóstico duro y crítico porque vemos una oportunidad política de cambiar la realidad. Si vos me decís, ¿el año pasado estábamos en condiciones de discutir esto? No, era imposible discutir esto. Todos los días era ir a la Secretaría de Comercio y administrar fideicomisos que eran un desastre. Era discutir los dólares especiales que había, las intervenciones de mercado, las cuotas. Había que administrar el caos. Este Gobierno abrió una luz de esperanza, y ahora si vemos la realidad con el objetivo de cambiarla», destacó en tono optimista.

En este sentido, pidió una visión compartida que se refleje en un proyecto de baja de retenciones y una licitación de la hidrovía: «Tenemos un gobierno receptivo que lo puede promover», destacó.

Visión de productor: «Elijo creer»

En la misma línea, José Demicheli, CEO de ADBlick, destacó que el agro tiene «esa locura de ser un emprendedor serial». Comentó que la producción agrícola es el negocio que más riesgo tiene y destacó que «están dadas las condiciones para liberar la productividad que tiene el argentino por lejos». «Es el productor más flexible, con menor edad promedio, más capacitado. Si a eso le sumamos la tecnología se alcanza ese salto». «El tema es cómo de alguna manera entre todos levantamos la voz, porque hoy alguien te escucha», dijo en referencia al gobierno nacional.

El CEO de ADBlick recordó cuando lanzaron el encuentro Argentina Visión 2020 en 2023, en ese momento bajo el lema «Agronegocios, motor de desarrollo. Y adelantó que este año se va a llamar «El arte de desarrollo de los negocios en el agro argentino hacia el mundo». «Hasta ahora estamos siendo artistas para manejarnos y crecer en este contexto, debería ser mucho más fácil, sobre todo con las condiciones que tenemos como país». 

«En ADBlick seguimos creciendo, alcanzamos las 72 mil hectáreas de cultivos. Lanzamos la tercera ronda del fondo ADBlick Granos Plus, para que puedan invertir en el negocio de producción a escala», destacó y agregó: «A veces cuesta, porque muchas veces producir es cambiar la plata. Tiene que haber un premio al productor que arriesga capital a cielo abierto para generar esa producción».

«Están domando a la macroeconomía, no podemos pretender que en siete meses se desactive la bomba que recibieron. Lo están haciendo muy bien desde la macroeconomía, pero ojo que no se nos muera el paciente», graficó Demicheli y pidió condiciones para el emprendedor serial: «Hay voluntad de hacer las cosas bien, de desarmar kioscos, elijo creer y creo que están dadas las condiciones. Esto va a cambiar y vamos a tener bastante viento en la cara de la velocidad».

ADBlick Agro anunció  que ha completado exitosamente el tercer tramo de suscripción de ADBlick Ganadería Fondo Común Cerrado de Inversión, por un monto de 570.749.985 pesos.

En el cuarto año de existencia de dicho producto, que consiste en un instrumento de inversión cuyo objeto es exclusivamente la explotación ganadera,  se ha superado un capital total de 1300 millones de pesos contando con más de 230 cuotapartistas.  

Se trata de uno de los tres Fondos Comunes Cerrados de Inversión del Grupo ADBlick. El primero ADBlick Granos FCIC Agropecuario, lanzado en 2019, ejecutó con éxito tres tramos, y ADBlick Granos Plus FCIC Agropecuario lanzó su primer tramo en 2022 y está previsto su tercer tramo en agosto de 2024. 

ADBlick Ganadería Fondo Común Cerrado de Inversión se creó para invertir en sociedades o vehículos dedicados a la explotación de negocios ganaderos por un monto máximo de $10.000 billones y una duración de 6 años prorrogables.

Este fondo cuenta con Supervielle Asset Management como sociedad gerente y con Banco Comafi como sociedad depositaria. Zofinguen ha sido organizador y principal colocador de la ronda. 

José Demicheli, fundador y presidente de ADBlick Agro, una compañía que desde hace 15 años se dedica al desarrollo y gestión de proyectos dentro del sector agroindustrial argentino, comentó: “Una vez más y en contextos difíciles logramos nuestro objetivo y estamos muy orgullosos. El mercado necesita y requiere productos de inversión que le permita al público participar en las actividades agropecuarias, tales como la ganadería y la agricultura, que son industrias clave para la balanza comercial argentina.  Crear y desarrollar este tipo de vehículos de inversión forma parte de nuestra misión que consiste en democratizar el campo y la inversión, apoyando en particular la cadenas de valor ganadera y agroindustrial«.