La planta de bioenergía Pacuca que cumple cinco años de funcionamiento en Roque Pérez, Provincia de Buenos Aires, se consolida como una de las iniciativas pioneras de la Argentina en materia de energías limpias y economía circular.

El proyecto, que demandó una inversión inicial cercana a los 6 millones de dólares, se puso en marcha en 2020 y desde entonces genera un megawatt por hora de manera continua, las 24 horas del día, lo que equivale a abastecer de electricidad a unas 5000 personas. La energía se inyecta directamente al sistema interconectado nacional, a partir de los residuos de un criadero porcino de gran escala.

La planta se nutre de los efluentes de unas 50.000 cabezas de ganado porcino en ciclo completo del criadero Pacuca que comercializa cortes frescos, fiambres y embutidos bajo la marca Cabaña Argentina. Lo que antes se destinaba a lagunas de tratamiento y luego al campo como fertilizante, hoy atraviesa un proceso de biodigestión que transforma el purín en biogás y, a partir de allí, en electricidad. “Lo más interesante de la planta es que desde un efluente que iba al campo, en el intermedio le estamos sacando energía que se inyecta en la red”, resume Daniel Fenoglio, presidente de Pacuca Bioenergía S.A.

El funcionamiento se basa en tres biodigestores que trabajan a temperatura controlada, alimentados por una mezcla de purín de cerdo, maíz picado y marlo molido. Esa combinación fue resultado de un proceso de aprendizaje. Los primeros años estuvieron marcados por ensayos y ajustes, hasta lograr la fórmula que permitió estabilizar la microbiota interna de los digestores y garantizar una producción constante. “Hoy tenemos una operación estable y producimos más de 8000 megawatts al año”, señala Fenoglio.

Beneficios ambientales y productivos

Además de electricidad, la planta genera beneficios ambientales y productivos. La fracción sólida que resulta de la separación posterior al biodigestor se composta y se aplica como biofertilizante, mientras que la fracción líquida se distribuye en más de 300 hectáreas mediante sistemas de riego. “Esto permitió reducir el uso de fertilizantes inorgánicos y mejorar la calidad del suelo en la zona. El proceso evita, a su vez, la emisión de toneladas de gases de efecto invernadero que antes se liberaban al ambiente desde las lagunas de tratamiento. Ambientalmente creo que mejoramos al 100%, porque ahora evitamos emisiones y a la vez generamos energía y fertilizantes orgánicos”, explica el ejecutivo.

La tecnología aplicada proviene de Alemania y España, con un diseño que permite la cogeneración de electricidad y calor. El excedente térmico se utiliza en parte para mantener la temperatura de los digestores y se evalúan alternativas para destinarlo a otros usos productivos, como calefacción de lechones en el criadero. El motor central, de origen alemán, funciona con biogás de manera similar a un motor naval y garantiza la operación ininterrumpida. La planta cuenta además con certificaciones ambientales y es supervisada por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE).

En el plano económico, la iniciativa se sostiene a partir de un contrato a 20 años para la venta de energía a la red. Este esquema le otorga previsibilidad a la inversión y asegura la viabilidad del proyecto en el largo plazo. La experiencia demuestra que la bioenergía puede ser una alternativa competitiva, siempre que exista un marco regulatorio estable y financiamiento para afrontar la elevada inversión inicial.

Una tendencia creciente

El caso Pacuca se enmarca en una tendencia creciente en el país, donde ya funcionan unas 20 plantas de biogás, con distintos orígenes de biomasa. La particularidad de Roque Pérez es su escala, la continuidad de la operación y el vínculo con una empresa porcina que integra producción animal, tratamiento de efluentes y generación de energía. De este modo, se convierte en un modelo replicable para otras cadenas agroindustriales.

Cinco años después de su inauguración, la planta ratifica su carácter innovador y abre la discusión sobre el potencial del biogás en la matriz energética nacional. La combinación de sostenibilidad ambiental, aprovechamiento eficiente de residuos y aporte concreto de energía limpia a la red convierte a este caso en un ejemplo de cómo la economía circular puede generar valor económico, social y ecológico a la vez.

Acerca de Pacuca Bioenergía S.A

La planta Pacuca Bioenergía genera energía renovable a partir de efluentes porcinos.  La misma es parte de un ecosistema de empresas con 30 años de trayectoria, en el que se encuentra el criadero Pacuca S.A que comercializa cortes frescos, fiambres y embutidos bajo la marca Cabaña Argentina y Carnes Porcinas Seleccionadas S.A (CPS) una planta frigorífica procesadora de carne porcina que ofrece servicios de faena, desposte, congelado, empaque, expedición y almacenaje

La Bolsa de Cereales realizó el Lanzamiento de la Campaña Gruesa 2025/26, donde presentaron las primeras estimaciones de producción, exportaciones y contribución de las cadenas agrícolas a la economía argentina para el nuevo ciclo productivo.

En la apertura, Ricardo Marra, Presidente de la Bolsa de Cereales, reiteró la postura histórica de la entidad, que es la más antigua del país: la firme convicción de que «los impuestos distorsivos sobre la producción deben ser eliminados”. Asimismo expresó que “Si bien la Bolsa comprende la situación macroeconómica y comparte el objetivo de equilibrio fiscal , y se ha manifestado a favor de reducciones temporales de las llamadas “retenciones a las exportaciones” , se subraya la necesidad de transitar hacia políticas permanentes que eviten ganancias y pérdidas ajenas al devenir comercial del mercado de cereales y oleaginosas y reclamó políticas previsibles y un horizonte de largo plazo para potenciar el desarrollo del sector y generar crecimiento para el país.

El titular de la Bolsa de Cereales valoró y apoyó varias políticas implementadas por el Gobierno Nacional, entre las que destacan: la eliminación de los múltiples tipos de cambio y de la brecha cambiaria; la eliminación de las restricciones cuantitativas a las exportaciones; la desburocratización del comercio; La política de inserción internacional y apertura de mercados y el combate al flagelo de la inflación.

Marra hizo hincapié en la importancia del eficiente sistema comercial desarrollado por Argentina a lo largo de 171 años. Este sistema, que incluye a las Bolsas, cámaras arbitrales y el Mercado de Futuro, conforma un “Mercado Institucional” que: potencia la producción, facilita las transacciones y la logística; da publicidad a los precios y transacciones, democratiza la oferta y opera bajo modalidades que ofrecen seguridad jurídica e impositiva y que Permite la trazabilidad ambiental de los cultivos para cumplir con estándares internacionales de sostenibilidad.

Respecto de las proyecciones de producción de la cosecha gruesa, para la nueva campaña 2025/26, la Bolsa de Cereales estimó un aumento del 18,4% en la producción de maíz y un 16% en girasol en relación con la campaña anterior. Sin embargo, se espera una caída del 3,6 % en la producción de soja. Con un escenario climático neutral a mediano plazo y con excelentes reservas hídricas

Frente a este panorama, la entidad expresó que la superficie destinada a los 4 principales cultivos de gruesa alcanzaría las 17,6 MHa para soja (-4,3 % i.a), 7,8 MHa para maíz (9,9 % i.a), 2,7 MHa para girasol (22,7 % i.a) y 0,9 MHa para sorgo (10 % i.a).

Asimismo, destacó una mayor intención por parte de los productores de aplicar un alto nivel tecnológico en los cultivos, particularmente se mencionó un potencial aumento de 8 % en el caso de maíz con destino grano comercial. Dentro de las opciones que se vislumbran como de mayor énfasis se destacan la elección de material de siembra y el uso de fertilizantes.

En lo que respecta a las proyecciones de producción, se estima que la producción de maíz alcanzaría las 58 MTn, 48,5 MTn para soja, 5,8 MTn para girasol y 3 MTn para sorgo con aumentos interanuales de 18,4 %, -3,6 %, 16 % y –3,2 %, respectivamente. Cabe destacar que las mismas estarán sujetas a la evolución de las precipitaciones y las temperaturas durante la ventana de siembra y el periodo crítico para la definición del rendimiento de los cultivos.  

Bajo este contexto, Ramiro Costa, economista jefe de la entidad, destacó que la producción proyectada de 142,6 millones de toneladas para la campaña 24/25 representa un aumento del 8,9% respecto a la campaña anterior. A partir de esto, las exportaciones se incrementarían un 3,3%, alcanzando los 32.938 MUSD. Además, la recaudación fiscal consolidada que devenga la campaña sería de 12.905 MUSD (+6,5%) y el valor agregado alcanzaría los 43.237 MUSD (+1,5%).

Al respecto, Costa menciono que si bien el volumen de producción total proyectada es record (con records en maíz y girasol) también lo es de área sembrada , este resultado obedece en gran parte a factores climáticos: “ Nuestro país con más y mejor adopción de tecnología podría alcanzar fácilmente los 155 mill de tons de producción, para lo cual es requisito fundamental la adopción de políticas estables y de largo plazo que tiendan a una reducción de la carga impositiva como lo expreso el Presidente de la Bolsa en sus palabras”

El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) encabezará una nueva participación en Anuga 2025, la feria de alimentos más relevante de la Unión Europea, junto con la SIAL de París, que se llevará a cabo en el predio Koelnmesse de Colonia, Alemania, del 4 al 8 de octubre.

En esta edición, el Pabellón Argentine Beef contará con 850 m² y la presencia de 32 empresas exportadoras que ofrecerán sus productos en el mercado más tradicional para la carne vacuna argentina que en estos momentos presenta buenos precios y una alta demanda. Como es habitual, el stand del IPCVA dispondrá de un restaurante de 40 mesas en donde los expositores recibirán a clientes y compradores para degustar bifes anchos y angostos a la parrilla.

“Más allá de la presencia de frigoríficos, vamos a presentar aspectos productivos muy importantes”, destacó Georges Breitschmitt, presidente del IPCVA. “Vamos a contar, más allá de la postergación, que la Argentina está preparada para cumplir con la normativa 1115 de deforestación de la Unión Europea”, agregó.

Por su parte, Mario Ravettino, vicepresidente del organismo, subrayó que “la presencia masiva de empresas frigoríficas denota el momento de relevancia que está pasando el mercado de la Unión Europea y la comercialización de productos premium. “Además, el IPCVA organizó una nutrida agenda de reuniones con importadores de Alemania, Holanda y otros países para explicar y dar a conocer cómo se está preparando nuestro país para dar cumplimiento al reglamento 1115 de deforestación en todos sus aspectos”, completó.

La feria se llevará a cabo en un contexto de buenos precios para la carne argentina y un escenario marcado por distintos aspectos que impactan el comercio internacional, como la normativa europea sobre deforestación –ahora postergada por un año-, los aranceles de Estados Unidos y el proceso de salvaguardia de China.

Empresas participantes

Las empresas que acompañarán al IPCVA en el Pabellón Argentine Beef son las siguientes: APEA, Argall, Arrebeef, Asociación Argentina de Angus, Azul Naural Beef, Bustos y Beltrán, Compañía Bernal, Compañía Central Pampeana, Conallison, Ecocarnes, Estancias de Patagonia, Frigorífico Bermejo, Frigorífico Forres Beltrán, Frigorífico Gorina, Frigorífico Pico, Frigorífico Rioplatense, Frigorífico Visom, Frimsa, Grupo Lequio, Industrias Frigoríficas Recreo, Industrias Frigoríficas Sur, Italmen Menudencias, La Anónima, Logros, Madeka, Minerva Foods, Offal Exp, Quickfood, Marfrig, Rafaela Alimentos, Santa Giulia, Tomasello, Urien Loza.

Los números de Anuga 2025

  • 7.900 expositores de 118 países.
  • Más de 140.000 visitantes de 200 países.
  • 94% de los expositores internacionales.

El próximo 9 de octubre, en los salones de Puerto Norte, Rosario, se realizará la segunda edición de FARO, el evento organizado por Agroactiva y Puerto Norte, que convoca a productores, empresas, instituciones y referentes del agro y la innovación para debatir sobre los desafíos y oportunidades del sector en un contexto de transformación.

Fecha: 9 de octubre de 2025
Lugar: Salones de Puerto Norte – Av. Dr. Luis C. Carballo 178, Rosario, Santa Fe

 Acreditación: de 8:00 a 8:45 hs

 Campo 3i: inteligencias en sinergia

Este año, FARO se desarrollará bajo el lema “Campo 3i: artificial, humana y natural: inteligencias en sinergia”, proponiendo un diálogo entre tres fuerzas que hoy marcan el rumbo del agro:

  • Artificial: automatización, datos y nuevas tecnologías.
  • Humana: liderazgo, creatividad y toma de decisiones.
  • Natural: equilibrio, sustentabilidad y límites productivos.

Speakers destacados

El programa contará con la participación de referentes de primer nivel:

  • Juan Pablo Cosentino, director Académico de Tecnología del IAE Business School
  • Alfonso Rafel, equipo IA (DeepAgro)
  • Juan L. Monge Ing. Agr. (Mgter.)  Farm Managgement Support Lely Argentina
  • Ing. Hernán Ferrari Ing. Leaf | Crucianelli
  • Sergio Cusmai cofundador de AlphaG – presentado por Abelardo Cuffia
  • Santiago Siri, tecnólogo especializado en la innovación política/ presidente de Democracy Earth Foundation/ Autor, emprendedor y conductor.
  • Pablo Alejandro Brunet, fundador de Innerflow 
  • Alejandro Rozitchner, filósofo y escritor.

Además, se desarrollará un panel de experiencias productivas con empresarios agropecuarios que compartirán aprendizajes sobre cambios de paradigma en la gestión y la innovación.

Ejes temáticos de FARO 2025

  • La revolución de la inteligencia artificial aplicada al agro.
  • Innovación en sistemas productivos y lecherías inteligentes.
  • El liderazgo humano frente a los nuevos desafíos tecnológicos.
  • El rol de la inteligencia natural en la sustentabilidad agropecuaria.

 Sponsors y entidades que respaldan FARO

FARO 2025 cuenta con el apoyo de empresas líderes como Abelardo Cuffia, AFA, Agrospray, Apache, Banco Nación, CREA, Crucianelli, RUS Agro, Gobierno de Santa Fe, Siembra Neumática y Sherwin Williams.

Asimismo, recibe el respaldo de entidades de prestigio como la Bolsa de Comercio de Rosario, CRA, CAFMA, Maizar, Aapresid, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad Nacional de Córdoba, Fundación Libertad, Argentrigo, Polo Tecnológico Rosario, AFAMAC, ASIMA y Magriba.

Una oportunidad única

FARO ofrecerá espacios de networking exclusivos, actividades participativas y acceso a contactos estratégicos, convirtiéndose en una plataforma inigualable para empresas, productores y profesionales que quieran estar en la primera fila de la transformación del agro.

“FARO es un espacio para mirar el futuro del agro desde el presente, poniendo en diálogo las inteligencias artificial, humana y natural para anticipar los cambios que ya nos atraviesan”, expresó la organización de Agroactiva.

📌 Inscripción en: www.agroactiva.com/faro_inscripciones
📧 Contacto de prensa: comunicaciondigital@agroactiva.com

La certificadora con más de 60 años de trayectoria consolida alianzas estratégicas en una de las regiones más dinámicas del mercado halal mundial.

The Halal Catering Argentina HCB,  con más de seis décadas de trayectoria, afianza su posicionamiento en el Sudeste Asiático, un mercado clave y de alto potencial para la industria exportadora argentina, en el marco de su Plan Estratégico 2024–2026.

Desde 2022, THCA viene consolidando su presencia en la región, particularmente en Filipinas, donde participó de la convención de miembros del World Halal Council (WHC) y, más recientemente, en la Halal Forum Conference 2025, donde expuso sobre el valor de la certificación halal desde el Sur Global, la importancia de implementar estándares internacionales y el buen uso de la certificación halal.

Durante este año, la institución ha intensificado su agenda de visitas y conferencias en Filipinas, Malasia y Tailandia. Actualmente, se encuentra en Kuala Lumpur (Malasia) participando del Global Halal Summit, encuentro que reúne a los principales organismos certificadores bajo el paraguas de JAKIM, la autoridad halal más relevante de Malasia.

Hace pocas semanas, THCA regresó de Tailandia con un nuevo reconocimiento tras la firma de un acuerdo oficial en la ciudad de Bangkok. En paralelo, se prepara para la auditoría oficial en Indonesia, un paso estratégico que permitirá a las empresas argentinas exportar con sello halal al país con mayor población islámica del mundo.

La agenda también incluye la participación en la feria halal más grande del sudeste asiático, MIHAS, espacio estratégico para captar compradores y generar oportunidades de negocio para las empresas argentinas certificadas por THCA. Además, se prevé una visita a Singapur, país donde la institución cuenta con reconocimiento oficial y que funciona como plataforma logística clave para la reexportación hacia otros mercados globales.

El mercado halal representa hoy más de 2,5 billones de dólares anuales a nivel mundial, abarcando no solo alimentos, sino también carnes, lácteos, bebidas, cosmética, fármacos, granos, industria química, turismo y finanzas.

Con más de seis décadas de experiencia, THCA reafirma su compromiso como puente de confianza entre la producción argentina y los consumidores musulmanes de todo el mundo, garantizando estándares de calidad y ampliando el acceso de la Argentina a un mercado en constante expansión.

FERTILIZAR Asociación Civil, entidad cuyo propósito es difundir conocimiento sobre la nutrición y el cuidado del suelo para una producción sostenible, advirtió sobre la necesidad de repensar el manejo de la nutrición de cultivos en la campaña soja-maíz 2025/26. La entidad señaló que la brecha de rendimiento sigue siendo uno de los principales problemas de la agricultura argentina y que gran parte de esa diferencia no se explica por el clima, sino por una nutrición insuficiente y una baja adopción tecnológica.

 

La jornada reunió a periodistas y referentes del sector agrícola, entre ellos al presidente de ACSOJA, Rodolfo Rossi, para recorrer la operatoria portuaria y dimensionar el volumen de nutrientes que “se van” en cada barco cargado de granos hacia el exterior.

En la bienvenida, María Fernanda González Sanjuan, gerente ejecutiva de FERTILIZAR AC, expresó la relevancia de los nutrientes y destacó al fósforo como un elemento clave en la sustentabilidad del sistema productivo, refiriéndose al impacto que implica la exportación de nutrientes sin una reposición adecuada en los suelos.

El presidente de la entidad, Roberto Rotondaro, enfatizó la relevancia de articular logística, puertos y fertilización dentro de una misma mirada estratégica. “Cada embarque refleja no solo granos exportados, sino también nutrientes que el suelo pierde y que debemos reponer. Una gestión eficiente de la nutrición de cultivos y el uso de los fertilizantes es vital para que la producción de alimentos mantenga su competitividad en el mercado internacional”.

Según la Bolsa de Comercio de Rosario, el nodo Gran Rosario mantiene su puesto como segundo más importante del mundo como exportador de alimentos. Con 66 Mt embarcadas en 2024, volvió a ser el segundo enclave exportador de granos, harinas y aceites vegetales más importante del mundo, solo por detrás del Golfo de los EE.UU.

“Acercarnos al puerto es tomar real dimensión de los alimentos que producimos. Las decisiones que se toman al momento de la siembra, respecto del manejo nutricional de los cultivos impactan en la cantidad de barcos que podemos exportar y la calidad de los alimentos que allí se transportan hacia el mundo”, explicó la Ingeniera Agrónoma González Sanjuan y remarcó que, si bien Argentina sigue siendo un actor clave en la producción mundial de soja, el país enfrenta una brecha de rendimiento significativa que limita su verdadero potencial. Esta brecha se explica principalmente por una baja adopción tecnológica en cuanto a fertilizantes se refiere.

Balance de Nutrientes

El coordinador técnico de FERTILIZAR AC, Esteban Ciarlo, ofreció una detallada explicación sobre el concepto de balance de nutrientes y cómo se calcula. Presentó cifras sobre el consumo de nutrientes, evidenciando que la soja y el maíz son los cultivos que más nutrientes exportan, entre 94 y 116 kg de nutrientes por hectárea. “La soja, por su contenido nutricional, y el maíz, por su volumen de producción, son los grandes exportadores de nutrientes”, explicó.

Ciarlo informó que los seis principales cultivos del país (soja, maíz, trigo, girasol, cebada y sorgo) removieron en la campaña 2024/25 más de 3,5 millones de toneladas de nutrientes (NPKS) en un volumen de 130 millones de toneladas de granos. Mientras que el aporte de nutrientes a través de fertilización fue de solamente 1,42 millones de toneladas. “Esto significa que solo reponemos un 40% de lo que extraen las cosechas”, explicó.

Luego enumeró datos que muestran que en la campaña 2024/25:

  • La soja representa 48% de los nutrientes extraídos, seguida por el maíz (28%) y el trigo (14%)
  • En promedio, cada hectárea pierde 17 kg de nitrógeno, 5,5 kg de fósforo, 29 kg de potasio y 4,5 kg de azufre
  • El déficit total de nutrientes es de 2,1 millones de toneladas por campaña, lo que equivale a una pérdida económica estimada en 86,5 dólares por hectárea cultivada.

Con respecto al consumo de nutrientes, predominan el nitrógeno, especialmente en trigo y maíz, seguido del fósforo (P). Sin embargo, otros nutrientes se aplican en cantidades mínimas o directamente no se aplican, lo que refleja tendencias preocupantes a nivel nacional. “Los balances de nutrientes son negativos en todos los casos, poniendo en riesgo la capacidad productiva de nuestros suelos”, advirtió. Los números mostrados indican una pérdida neta promedio nacional de 56 kilogramos por hectárea de los cuatro principales nutrientes.

Para finalizar, el experto enfatizó la importancia del fósforo y su reposición en los planteos de producción agrícola. Aunque los números presentados se refirieron a la producción agrícola, también se mencionó la falta de reposición de nutrientes en ganadería.

Ciarlo apuntó que Argentina pierde cerca de 6 kg de P por hectárea cada año y no tiene reservas propias de roca fosfórica “lo que nos hace depender 100% de la importación”. Según el relevamiento de la entidad, la tasa de reposición de fósforo en la última campaña fue apenas de 57%, una de las más bajas del mundo entre países productores de granos. “Los suelos no mienten: si no reponemos lo que extraemos, hipotecamos la productividad futura además de limitar la producción actual”.

Por último, Ciarlo se refirió al Programa SUMA P que impulsa FERTILIZAR AC y destaca la importancia de incorporar fósforo a las estrategias de fertilización, ya que cada kilo de fósforo aplicado es una inversión en el suelo, una apuesta por la siembra y el futuro del activo más valioso de un productor: su suelo. “Con fósforo, hacemos que el suelo sea más productivo, rentable y sostenible. Por eso, enfatizamos la importancia de sumar fósforo para mejorar la rentabilidad y los rendimientos, haciendo la diferencia en cada cosecha”, agregó.

También recordó dónde se puede acceder a toda la información con más datos sobres las características y beneficios del fósforo para los cultivos: https://fertilizar.org.ar/suma-fosforo-hace-la-diferencia/

El desafío de acotar las brechas de rendimiento en soja

A su turno, el Ingeniero Agrónomo Guido Di Mauro, de la Universidad Nacional de Rosario, abordó la brecha de rendimientos en soja, que se refiere a la diferencia entre el potencial de producción de los cultivos y los rendimientos reales obtenidos. Presentó un análisis específico sobre las brechas de rendimiento en soja, que rondan el 30% entre lo que se produce y lo que se podría producir bajo un manejo más eficiente.

“Argentina es uno de los principales productores de soja del mundo, sin embargo, enfrentamos la necesidad de reducir esta brecha de rendimiento mediante mejoras en la nutrición del suelo y la adopción de tecnología”, afirmó.

La brecha de rendimientos de la soja en Argentina no depende exclusivamente del clima, la genética o la fecha de siembra, sino también de la gestión de la nutrición del cultivo. El desafío actual es aprovechar la sinergia entre estas prácticas para aumentar el rendimiento.

Actualmente, sólo la mitad de la superficie sembrada con soja recibe algún tipo de fertilización, y aún en esos lotes, las dosis aplicadas suelen estar por debajo de los requerimientos del cultivo. Por ejemplo, en la región núcleo los niveles de fósforo son bajos, y las dosis aplicadas de nutrientes no cubren los requerimientos, lo que limita directamente la producción.

En este contexto, Di Mauro presentó casos prácticos que demostraron cómo una adecuada fertilización puede incrementar significativamente los rendimientos actuales, tanto en soja como en otros cultivos. Además, destacó que no solo se mejora el rendimiento, sino que también podría mejorar la concentración de proteína en los granos, un factor crucial para la industria de procesamiento de soja. “La calidad y concentración de proteína son fundamentales para la industria del procesamiento de soja que genera productos de valor”, indicó.

Di Mauro recordó que la soja argentina se expandió apoyada en la fertilidad natural de los suelos, lo que permitió altos rendimientos sin fertilización durante décadas. “Esa ventaja inicial se transformó en una debilidad: hoy tenemos balances negativos de nutrientes y suelos que muestran signos de agotamiento”, advirtió.

Según sus relevamientos, apenas la mitad de la superficie sojera recibe algún tipo de fertilización y solo 20% de los productores realiza análisis de suelo. “Fertilizamos sin diagnóstico, lo que contribuye a mantener balances deficitarios y compromete la sustentabilidad- dijo, con una fertilización balanceada, incluyendo fósforo, azufre y nitrógeno en la rotación, podríamos sostener altos rendimientos y maximizar beneficios económicos a nivel sistema”, ilustró.

En sus conclusiones, Di Mauro destacó:

  • Uso insuficiente de nutrientes: en muchos lotes las dosis aplicadas están por debajo -a veces nulos- de lo que la soja requiere.
  • Oportunidades de adopción tecnológica: solo 3 de cada 10 productores alcanzan un nivel “alto” de adopción tecnológica.
  • El límite del diagnóstico: la brecha no depende únicamente de clima, genética o fecha de siembra, sino también de un bajo aporte de nutrientes y de la falta de análisis de suelo.
  • Potencial estratégico: mejorar la nutrición permitiría elevar rendimiento y calidad hasta los máximos observados en productores de punta o en ensayos experimentales.

Ambos expertos coincidieron en que la fertilización debe ser balanceada, incorporando fósforo, azufre y nitrógeno en la rotación de cultivos, para sostener altos rendimientos y maximizar los beneficios económicos, preservando la calidad del ambiente productivo.

Para más información, ingresar en www.fertilizar.org.ar

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El Ing. Agr. Néstor Franz, responsable de la Agencia de Extensión Rural de INTA en Coronel Moldes (Córdoba), analiza el potencial del cordero pesado precoz, el rol del Estado y el impacto de la genética Hampshire Down en la producción ovina nacional.

Franz recuerda una experiencia que marcó la historia del consumo de proteínas en la Argentina. “Fue cuando la industria avícola decidió hacer un plan maestro para posicionar la carne de pollo. Fue un boom que se cumplió en muchísimo menos tiempo del previsto y hoy tenemos locales exclusivos de pollo por todos lados. Creo que lo mismo puede pasar con la carne ovina”, afirma convencido.

Franz sostiene que aquellas políticas de desarrollo sectorial, tan exitosas en el pasado, hoy no existen. “No contamos con esas herramientas, y yo creo que sería fundamental volver a implementarlas. Cuando algo funcionó y fue exitoso, hay que seguir haciéndolo. La carne ovina tiene una gran posibilidad de seguir los pasos del pollo”, plantea.

El desafío de organizar la cadena

Para el técnico, el primer paso es ordenar la cadena comercial. “Tenemos productores por un lado, consumidores por otro y eslabones intermedios que en muchos casos no están articulados. Además, la cadena de la carne ovina arrastra un problema serio de informalidad. Eso dificulta el desarrollo. Si trabajamos sobre estos puntos, la actividad tiene futuro. El producto que tenemos en la región centro —Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y el norte de La Pampa— es muy bueno. Se ha incorporado genética moderna, importada por asociaciones de criadores, y contamos con carne de excelente calidad”, sostiene.

 Cordero pesado precoz: innovación para el consumo

Franz detalla la propuesta que viene impulsando junto al INTA: “Lo que planteamos es desarrollar un cordero pesado precoz para corte. Es un animal de 4 a 5 meses, de 50 a 55 kilos vivos, que rinde entre 22 y 25 kilos de carne. No hablamos del cordero clásico de 12 o 14 kilos que se cocina entero, sino de un producto pensado para el corte al plato. Eso permite que el consumidor compre la cantidad que necesite, medio kilo o un kilo, sin tener que llevarse una pieza completa. La diversidad de productos que ofrece este sistema es enorme”.

Este tipo de cordero, explica, tiene gran precocidad, bajo nivel de engrasamiento y calidad uniforme si se faena antes de la maduración sexual. “Mantiene las virtudes del cordero liviano, pero en cortes adaptados a la cocina cotidiana”, subraya.

Cómo asegurar el abastecimiento todo el año

Un desafío histórico de la producción ovina es la estacionalidad. “El ovino no entra en celo todo el año, pero se han incorporado razas desestacionalizadas. Con servicios escalonados podemos lograr partos homogéneos y abastecimiento continuo. La oveja entra en celo cada 17 días, a diferencia de la vaca que lo hace cada 21. Si armamos dos ciclos de servicio de 35 días cada uno, es posible ordenar la producción”, detalla.

La fertilidad no es un problema: “La tasa de preñez ronda entre el 93 y 94%. El punto débil es la mortalidad de los corderos en las primeras 72 horas de vida, alrededor del parto. Pero con buenas prácticas, genética carnicera y servicios cortos, los resultados son muy alentadores. Incluso hay un 20 a 25% de partos de mellizos en razas modernas. En cuatro o cinco meses esos corderos pueden alcanzar los 50 kilos”.

La clave está en extender la lactancia a 120 días y aplicar técnicas como Creep Feeding y Creep Grazing. “El cordero ingresa a un sistema de alimentación suplementaria con granos, al pie de la madre, en pasturas de alta calidad con base de alfalfa y gramíneas. Esto no se hace en zonas marginales, sino en campos agrícolas de la región centro”, señala.

Hampshire Down: genética para un mercado gourmet

En este escenario, el Hampshire Down es una de las razas más fuertes. “Es la más numerosa y de mayor calidad en la región central. La asociación ha importado genética de Inglaterra y trabaja para producir corderos pesados magros. Antes algunas líneas se engrasaban demasiado, pero hoy se apunta a animales con marmoleo interno: esa grasa infiltrada que aporta sabor, terneza y calidad. Es una gran ventaja para posicionar la carne como gourmet”, resalta.

El rol del Estado y del INTA

Franz subraya que el desarrollo no puede depender solo de los productores. “Hay que trabajar todos los componentes de la cadena, y el Estado debe actuar como articulador. El INTA es uno más, pero un actor fundamental: cumple 70 años y siempre estuvo presente. Tiene unidades ovinas en Concepción del Uruguay, Paraná, Manfredi y la tradicional Reserva 8 en Buenos Aires. Todo ese trabajo puede permitir que la carne ovina se convierta en la cuarta carne, junto a la bovina, el cerdo y el pollo”, destaca.

La diversificación, afirma, es estratégica: “Argentina presiona demasiado sobre la carne vacuna para consumo interno. Con más consumo de pollo, cerdo y ovino, se liberarían saldos exportables de carne bovina, que es la más demandada en el mundo. No hay que olvidar que la carne ovina es una carne roja, pastoril, muy similar a la bovina”.

Mercado, innovación y negocio

Franz observa un movimiento empresarial alentador. “Hoy hay empresas que desarrollan instalaciones modulares, alimentos y sanitarios específicos para ovinos, incluso sistemas como cama profunda para partos. Eso muestra que el negocio crece. El productor tiene que pensarse como productor ovino y no como tenedor de ovejas”, advierte.

También destaca la articulación con universidades, la Federación Agraria, la Sociedad Rural y las asociaciones de criadores. “Se está armando una red que involucra a todos los actores. Eso es lo que necesitamos”, dice.

Un congreso que puede marcar un antes y un después

El próximo año se realizará en Buenos Aires el Congreso Mundial de Hampshire Down, en paralelo a la Exposición Rural de Palermo. “Es importantísimo: el mundo conocerá nuestro potencial genético y los argentinos podrán valorar la calidad de nuestra carne. No se trata de un producto marginal, como a veces creemos: en Europa, el cordero de Aragón tiene denominación de origen y sobreprecios. En los mejores hoteles internacionales, la carne ovina es un plato premium”, explica.

En la última Rural, una demostración en vivo junto al chef Christian Petersen mostró el potencial del cordero argentino ante el interés  del público por ver el desposte y degustar los cortes fue enorme.

Aprender de otros países

El referente menciona casos cercanos. “Uruguay desarrolló cortes basados en la experiencia australiana y neozelandesa, y transformó la percepción del consumidor. Nosotros podríamos hacer lo mismo. La carne ovina no es solo para la parrilla: puede usarse en hamburguesas, rellenos de pastas o guisos, con cocciones rápidas o lentas. Es muy versátil”, asegura.

Córdoba y la fiesta del cordero

En Córdoba, la Cámara Ovina organiza todos los años la Fiesta del Cordero Cordobés. “Es un evento que rota en distintas localidades y este año se hará en Bell Ville junto a la Sociedad Rural. Se muestran prácticas de manejo, productos elaborados, quesos de oveja y formas de cocinar la carne. Es una forma directa de acercar el ovino a la mesa del consumidor”, explica.

La trayectoria de Néstor Franz

Franz es cordobés, pero trabajó 25 años en la estación experimental de INTA Mercedes (Corrientes), con 1.500 ovejas dedicadas a carne y lana fina. “Volví a mi provincia y hoy me toca liderar la agencia de Coronel Moldes, en el departamento Río Cuarto, una de las zonas más ganaderas de Córdoba. Aquí trabajamos con bovinos, cerdos, aves y pequeños rumiantes. Es un lugar ideal para impulsar la producción ovina”, cuenta.

Un sueño: carne ovina en la carnicería de barrio

Al final de la charla, el ingeniero resume su deseo personal: “Sueño con ir a cualquier carnicería y pedir un kilo de carne ovina. Compartir unas buenas chuletas de cordero con amigos, acompañadas por un Malbec. El maridaje es perfecto y ya empieza a ofrecerse en las bodegas de Mendoza y San Juan. Tenemos grandes vinos y tenemos la carne: ¿qué más podemos pedir?”.

Franz no deja dudas: “Argentina debe reconocer y fortalecer al INTA. Es una institución clave para producir alimentos en un mundo que enfrenta desafíos de cambio climático y creciente población. Hay un técnico del INTA en cada rincón del país, desde la quinoa hasta la mandioca, desde la frutilla hasta la batata. Debilitar al INTA sería un error: necesitamos más que nunca instituciones capaces de generar estrategias y tecnologías para asegurar alimentos de calidad. La carne ovina es parte de esa respuesta”.

En un escenario climático heterogéneo, esta campaña el campo enfrenta realidades contrapuestas y desafiantes: mientras algunas regiones padecen excesos hídricos cuya recuperación resulta prioritaria, en otras se abren nuevas oportunidades productivas. El Servicio Meteorológico Nacional proyecta un 60% de probabilidad de tener un año neutro y, tras un invierno excepcionalmente húmedo, gran parte del país presenta perfiles de suelo recargados, una condición poco habitual en la región centro y centro-oeste.

Así, nuestra mirada está puesta en acompañar a esos productores y comunidades de las regiones que están atravesando momentos difíciles por los excesos de agua, al mismo tiempo que advertimos que esta coyuntura abre en otras zonas oportunidades para encarar la siembra con mejores perspectivas.

Las proyecciones climáticas anticipan buenas precipitaciones hasta diciembre, lo que configura un escenario atípico respecto de campañas previas.

En un escenario climático heterogéneo, esta campaña el campo enfrenta realidades contrapuestas y desafiantes: mientras algunas regiones padecen excesos hídricos cuya recuperación resulta prioritaria, en otras se abren nuevas oportunidades productivas. El Servicio Meteorológico Nacional proyecta un 60% de probabilidad de tener un año neutro y, tras un invierno excepcionalmente húmedo, gran parte del país presenta perfiles de suelo recargados, una condición poco habitual en la región centro y centro-oeste.

Así, nuestra mirada está puesta en acompañar a esos productores y comunidades de las regiones que están atravesando momentos difíciles por los excesos de agua, al mismo tiempo que advertimos que esta coyuntura abre en otras zonas oportunidades para encarar la siembra con mejores perspectivas.

Las proyecciones climáticas anticipan buenas precipitaciones hasta diciembre, lo que configura un escenario atípico respecto de campañas previas.

El tipo y profundidad del suelo resultan determinantes: los suelos profundos y con mayor capacidad de almacenamiento permiten aprovechar mejor las condiciones actuales. A su vez, la presencia de napa freática también resulta determinante tanto para el potencial como las limitantes del ambiente según su profundidad.

En este contexto, la siembra temprana ofrece ventajas, como aprovechar la recarga actual y las lluvias pronosticadas para primavera, reducir la incidencia de problemas sanitarios más frecuentes en siembras tardías y evitar los costos de barbechos largos hasta diciembre.

Un aspecto para contemplar es la mayor demanda inicial de fertilización de estos maíces frente a los tardíos, lo que requiere una planificación adecuada. Sin embargo, esa inversión se equilibra con los beneficios de arrancar temprano en suelos con buena humedad y, sobre todo, con la posibilidad de evitar barbechos largos y manejo de malezas hasta diciembre.

En cuanto a los aspectos económicos, aun en un escenario de márgenes ajustados, los números muestran una señal clara: el maíz se destaca frente a la soja en prácticamente todo el país. En la Zona Núcleo, por ejemplo, el margen neto de maíz alcanza los 264,4 USD/ha, casi tres veces más que el de soja (89,3 USD/ha). En el norte de Córdoba, la brecha también es notoria: 165,6 USD/ha para maíz contra apenas 15,8 USD/ha para soja. Incluso en regiones más desafiantes como el centro de Buenos Aires, donde los márgenes se ajustan, el maíz mantiene ventajas (78,5 USD/ha vs. 72,3 USD/ha). Esa superioridad de márgenes, que se repite en la mayoría de las regiones relevadas, refleja la oportunidad que representa el cultivo en la próxima campaña, en un contexto en el que cada decisión productiva cuenta.

Dentro de los distintos planteos de fecha de siembra de maíz, las proyecciones de mercado indican una brecha de alrededor de 6 USD/tn a favor del maíz temprano (178 vs 164). A ello se suma la posibilidad de capturar mejores precios en la ventana de cosecha temprana (≈ 3% – 8%) y el potencial de mayores rindes en escenarios de buena disponibilidad hídrica.

El maíz tardío seguirá siendo la estrategia mayoritaria y fundamental para la producción argentina: su flexibilidad, la capacidad de aprovechar lluvias estivales y el manejo agronómico consolidado lo sostienen como columna vertebral del sistema.

No obstante, el ciclo 2025/26 no es una campaña más. La fuerte recarga hídrica de perfiles, inusual para esta época, abre una ventana estratégica para diversificar y ampliar la siembra temprana respecto de campañas previas. Tres razones la vuelven especialmente atractiva:

  1. Mayor estabilidad y seguridad productiva. Arrancar con perfiles cargados asegura, en promedio, techos de rendimiento 1.000 kg/ha más altos y brinda al productor una tranquilidad clave: más rinde, menos riesgo.
  2. Posibilidad de capturar mejores precios. Si bien la brecha actual de futuros abril–julio luce acotada, la historia demuestra que este diferencial es móvil. Anticiparse con maíz temprano permite estar mejor posicionado ante eventuales mejoras de precios.
  3. Más eficiencia agronómica en este contexto. El maíz temprano implica menos días de cultivo expuesto en el campo, menor presión de plagas y de enfermedades complejas de tardíos, y mayor compatibilidad con esquemas de rotación y márgenes frente a otros cultivos de gruesa.

En síntesis, el maíz tardío conserva su papel como columna vertebral de la producción, pero la campaña 2025/26 presenta una oportunidad para el maíz temprano, que emerge con una competitividad inusual, respaldado por perfiles hídricos cargados, mayor potencial de rendimiento y mejores chances de capturar precios diferenciales. Una combinación que lo vuelve, en esta campaña, una alternativa estratégica que ningún productor debería pasar por alto.

En el marco de un ciclo de charlas organizado por Productores de Limangus Argentinos (PROLIAR), y en una disertación titulada “Claves para lograr planteos económicamente viables en el nuevo escenario macroeconómico”, el Ing. Agr. Sebastián L. Riffel, especialista en nutrición de rumiantes, analizó los cambios que enfrenta la actividad ganadera y las estrategias necesarias para sostener la rentabilidad.

El nuevo escenario económico se caracteriza por una unificación del tipo de cambio, una marcada desaceleración de la inflación en los últimos meses y precios de la hacienda expresados en un dólar real, sin brecha cambiaria”, señaló Riffel, destacando que esta estabilidad obliga a un cambio de paradigma.

Antes, stockeándonos y con operaciones relativamente simples, podíamos ganar plata sin producir de forma muy eficiente. Hoy, la eficiencia productiva pasa a ser central para que los planteos sean económicamente viables”, advirtió.

En este contexto, el especialista enfatizó que la intensificación de los sistemas es la base del éxito, entendida como mayor capital y, sobre todo, más trabajo genuino por unidad de superficie. “Hace falta planificación, presencia en el campo y un manejo detallado que antes no era imprescindible”, explicó.

En la cría, la prioridad es generar más alimento y mejorar la gestión para elevar el porcentaje y peso al destete, dos puntos críticos para el sector. En recría y terminación, optimizar el uso de las pasturas resulta clave para aumentar la producción de carne por hectárea, diluir costos fijos y mejorar la rentabilidad.

Riffel concluyó que el nuevo escenario actuará como filtro para la actividad: “Hasta ahora nos salvábamos todos, pero de acá en adelante quedarán las empresas más eficientes. Las demás deberán replantearse su continuidad”.