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Por: Juan Ignacio Imola, Analista de Research fyoCapital (fyo).

La administración de La Libertad Avanza llega a diciembre presentando buenos resultados en materia cambiaria. Lejos de aquellas promesas de campaña que auguraban la destrucción del peso, el panorama cambiario es ahora muy diferente y tenemos un peso que se aprecia, la brecha desplomándose y un dólar blend que apenas mejora los precios para la exportación. En este artículo recorreremos las causas, consecuencias y algunas perspectivas que se abren a futuro.

Desde finales de mayo y hasta julio, la brecha cambiaria se amplió, llegando casi al 50%. Este fenómeno se dio en un contexto marcado por dos meses consecutivos de ventas y desacumulación de reservas por parte del Banco Central de la República Argentina (BCRA), sumado algunos reveses políticos del gobierno. Es en ese momento que la política monetaria incorpora la intervención en los mercados de dólares financieros.

Con la intervención, el equilibrio en el mercado cambiario no depende exclusivamente de mejoras en las condiciones fiscales y monetarias, sino que el gobierno puede disponer de los dólares que compre por el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) para venderlos como MEP o CCL. El argumento del gobierno fue que se pasaría a un esquema de «Emisión 0» en el cual se venderían dólares por el mercado financiero para absorber los pesos que son impresos a partir de la liquidación de los exportadores. Al existir brecha, el gobierno debería vender menos del 100% de los dólares que entren por el MULC.

Al contar el gobierno con un alto nivel de credibilidad, el anuncio de la entrada del BCRA en el mercado de los dólares financieros dio inicio al desplome de las cotizaciones. Con el BCRA asegurando estabilidad cambiaria, sumado a los exportadores aprovechando la mejora cambiaria del dólar blend y el retorno de los bonos a tasa fija en pesos (las lecaps), se produjo una tendencia vendedora en el mercado del MEP y CCL que continúa hasta estas últimas ruedas.

La brecha fue desvaneciéndose poco a poco con la estabilidad en el mercado de cambios y el BCRA llevando la devaluación mensual al 2%. El 10 de diciembre la brecha estuvo en torno al 3.5%, mínimos históricos desde la existencia del cepo. Además, el peso se ha configurado como la moneda que más se ha apreciado respecto al dólar a nivel global, en un contexto en el cual las monedas de los demás países emergentes (Brasil, China, India) se deprecian respecto al dólar.

La baja del dólar, ¿es auténtica?

Si bien podría surgir el argumento de que la baja se debe a que el BCRA vende dólares para bajar el precio de estos, los datos permiten observar que no es así. En primer lugar, los resultados muestran que el volumen de intervención por parte del BCRA no es significativo para mover sustancialmente el MEP, aunque sí ha sido muy eficiente para «marcar techos» en aquellos momentos en que el mercado cambiario se pone decididamente alcista.

El grueso de la venta de dólares se produjo en julio con 326 MUSD. Luego el volumen disminuyó sustantivamente con 153 MUSD en agosto, 96 MUSD en septiembre y 100 MUSD en octubre. De agosto a noviembre, el BCRA compró 4.168 M. USD. La intervención del Central es poca en los financieros, y si se tiene en cuenta que anunciaron la intervención en julio, todavía quedan 3.820 M. USD de poder de fuego.

Desde las mesas de trading, la sensación es la de un mercado «pesado» en dólares, con mucha oferta de dólar cable desde el lado de la exportación, con muy pocos compradores de dólar MEP y por poco volumen. Con perspectivas hacia lo que resta del año y contemplando la estacionalidad de la demanda de pesos (que aumenta en diciembre) y los incentivos a mantener posiciones de carry trade buscando hacer tasa en pesos, no es inverosímil que sigamos viendo un mercado que demanda más pesos que dólares. 

Además, hay que considerar el cambio que existió en la estacionalidad de las exportaciones argentinas. Si observamos las liquidaciones del sector agroexportador a lo largo de este año, excepto los meses de enero y febrero, el agro ingresó consistentemente más de 2.300 M. USD. Lo destacable es que esta liquidación se mantuvo estable a lo largo de todo el año a pesar de los malos precios internacionales, lo cual permitió darle mayor equilibrio al mercado de cambios y a la balanza de pagos. A la par del agro, la reversión de la balanza comercial energética ha sido otro gran logro, ya que el superávit energético acumulado a lo largo de este año suma otro 4.302 M. USD.

La gran incógnita: el dólar blend

El dólar blend fue pensado como una manera de mejorar el precio que reciben los exportadores por sus divisas en un contexto de brecha alta. Consiste en permitirles vender el 20% de esos dólares por el mercado CCL, mientras que el 80% restante debe ser ingresado por el mercado oficial de cambios. En un primer momento, llegó a representar un 11.7% de mejora cambiaria para los exportadores.

Pero al día de hoy, con una brecha entre el oficial y el CCL cercana al 5.5%, la mejora es de sólo 0.85% (los exportadores reciben 1024 con un tipo de cambio oficial de 1017). Esto ha llevado al debate sobre si, a la par de la eliminación del impuesto país, se producirá alguna modificación en el esquema del dólar blend. Es válido hacerse esta pregunta, debido a que la existencia del blend implica que el BCRA se pierda de comprar dólares por el MULC y que «se le escapen» por el mercado CCL.

Pero el BCRA también tiene incentivos para continuar con el dólar blend. Esta herramienta es una manera de autorregulación de la brecha debido a que, en el caso de que la brecha se amplíe, mejora el precio para los exportadores, con lo cual la venta por CCL llevaría a que vuelva a bajar la brecha.

Además, si la brecha cae a niveles lo suficientemente bajos, los exportadores tendrán incentivos para ingresar sus dólares por el MULC en lugar de entrar sus dólares por el CCL, el cual por lo general tiene mayores costos transaccionales y es un proceso muchas veces más tedioso en términos operativos.

Balance del año y desafíos hacia adelante

Venimos de un 2024 en el cual el gobierno tuvo muy buenos resultados en materia cambiaria. Desde hace ya casi 6 meses el mercado atraviesa una pax que parece encontrar pocos fundamentos en su contra, y hay ruedas en las cuales el peso argentino parece ser el bien escaso. Además, un mérito igual de importante ha sido el haber reducido la incertidumbre de los agentes y el hecho de incrementar su credibilidad tras frenar un par de mini corridas que se produjeron hacia la mitad de 2024. Desde el punto más álgido, el peso se ha apreciado un 42% y cierra el año como una de las monedas que más poder de compra ha ganado contra el dólar.

Sin embargo, aún restan algunas definiciones respecto a la continuidad o no de algunas distorsiones que existen en el mercado cambiario, como son la existencia del dólar blend y a qué régimen cambiario planea ir el gobierno una vez que se salga del cepo, entre otras. El mercado por ahora sigue optimista con los fundamentales, pero conforme pasa el tiempo requerirá definiciones más concretas.

 

El cofundador de la firma corredora de granos icónica de Rosario participó de una nueva edición del Día del Inversor de ADBlick Agro y se mostró optimista por el sendero económico del país: “Se acabó el negocio financiero en las empresas”.

Luego de 25 años de emprender y trazar nuevos objetivos en el mundo de las comercializaciones del agro, la razón social “Futuros y Opciones S.A”, más conocida como “fyo”, hizo un repaso del momento del país y de cómo fueron adaptándose a los cambios de la Argentina.

Lo hizo uno de sus co-fundadores y actual CEO de la empresa, Alejandro Larosa, quien mantuvo una charla con José Demicheli, CEO de ADBlick, en el marco de un nuevo “Día del Inversor”.

Fyo es una firma rosarina a la cual más de 8.000 productores le entregan sus granos y confían diariamente. De ese universo, los directivos estiman en más de 700 el grupo de productores y clientes en general con mayor compromiso y un vínculo estable a lo largo del tiempo.

“Soy de Rosario y mi primer trabajo fue en la Bolsa de Comercio. En ese momento, en 1998, internet era muy incipiente y había mucha asimetría de conocimiento, a veces el productor no sabía por qué subían o bajaban los precios o incluso se enteraban al día siguiente a qué precio vendían. Parece mentira, pero era así”, graficó Larosa.

Fue en ese momento en el que advirtió junto a otros profesionales la necesidad de que el ecosistema productivo incorpore herramientas de manejo de futuros y financiación. 

“Enseñamos lo que era un carry y que acarrear la mercadería merecía un premio. Y en ese marco vimos que internet era un canal ideal para democratizar el acceso a la información y de dar herramientas para transaccionar online con un canal de distribución muy económico y escalable”, comentó Larosa.

EL MOMENTO PARA LOS NEGOCIOS DEL AGRO

Durante una hora de charla, Larosa compartió vivencias al frente de fyo junto a Demicheli. En ese marco, el contexto actual de la Argentina y las variables macroeconómicas no fueron dejados de lado.

“¿Te imaginabas estar a un año de haber asumido Milei con un dólar a $1.100 y una inflación del 2%? Pocos lo podrían haber pronosticado. ¿Cómo te impacta eso en tu mirada de empresario y qué estás viendo para los próximos tres años?”, le consultó Demicheli.

Larosa sostuvo: “Obviamente que me sorprendió para bien. Lo que es increíble es que eso demuestra la capacidad de recuperación que tiene la Argentina cuando hay una administración ordenada”.

“Imaginate si pudiéramos mantener este orden macroeconómico durante una década y media, lo que podría ser nuestro país. Ojalá lo sostengamos independientemente de quién gobierne”, afirmó.

Uno de los aspectos que describió con pesar fue la trama de tareas vinculadas al ámbito de lo financiero en las cuales las compañías de la producción agropecuaria, en muchos casos, se veían enroladas para solventarse. 

“En el corto plazo se acabó el negocio financiero. Antes prácticamente no hablábamos de eficiencia y de costos, no tenía sentido. Era mucho más importante qué hacíamos con los pesos, decisiones que tenían que ver con las regulaciones actuales y con las que nos imaginábamos que podían poner. Era un delirio”, planteó Larosa.

Por eso comparó: “Yo creo que ahora vamos a estar pensando en productividad y en ver cómo podemos ser más competitivos e invertir más que antes”.

¿NUEVOS CAPITALES PARA LA ARGENTINA?

“Creo que va a entrar capital a la Argentina y a nuestro negocio, aunque todavía no lo estamos viendo. Pero si esto se sostiene, en 12 meses más seguro empezaremos a ver inversiones extranjeras directas”, calificó el CEO de fyo.

En ese marco, Demicheli apuntó la comparativa con campos agrícolas de otras partes del mundo. “Han empezado a sonar los teléfonos de gente muy rica porque ahora, Argentina, volvió a estar en su en su ‘mapa de TEG’ y nos empiezan a mirar”, analizó Demicheli, que sumó un ejemplo comparativo: “hoy una hectárea en Pergamino vale un tercio o el 40% de lo que cuesta una hectárea agrícola en Iowa, Estados Unidos”.

Por eso Larosa respaldó en el mismo sentido. “Vemos que hay tanto interés como consultas. Nos miran, pero también aún hay preguntas acerca de si esto se sostiene o si solo es un veranito”.

“A largo plazo esto es sano, porque nos dejan quieto el arco y vamos a poder desarrollar una estrategia consistente que no va a cambiar en el día a día. Y eso te cambia completamente la mentalidad y la manera de gestionar una empresa”, explicó el CEO de fyo.

Por otro lado, Larosa matizó ese efecto con lo que se plasma hoy en día en varios puntos del negocio agrícola. Y si bien advirtió por una “compresión de márgenes”, lo analizó como una manera de expresión del propio “ciclo empresarial”.

“En el cortísimo plazo obviamente se nos encarecen los precios en dólares y justo bajó el precio de los granos. Pero la verdad es que no nos preocupa, nos parece natural. Lo tomo como parte del ciclo de los negocios. Parece una paradoja, pero lo vivo con mucha alegría y esperanza, y ojalá se mantenga y está en nuestro desafío buscar que los negocios crezcan y que crezca la productividad, y ser más eficientes”, opinó.

UNA ALIANZA PARA CRECER

Hoy en día, luego de los 25 años que fyo tiene en el mercado argentino y de otros países de la región, su principal socio es la firma Cresud. Pero no siempre fue así: fyo supo tener otros socios y el camino decantó en un vínculo de solidez y confianza con una de las empresas más pujantes de la Argentina, liderada por Eduardo Elsztain y su hermano Alejandro.

“En 1999 ser emprendedor era algo verdaderamente muy informal. Yo de hecho ni conocía el término. Pero Cresud hizo una inversión muy importante en el 2000 y después nos ayudaron a ordenarnos. Ellos son muy emprendedores y gente que apuesta y confía en el país, miembros de una cultura empresarial muy particular porque los empresarios argentinos en general no se caracterizan por querer mostrar sus balances y cotizar en bolsa, o rendirle cuentas al mercado”, comparó.

Y sostuvo: “Tienen normas de compliance y de reporting que hacen a una cultura de transparencia que, si me preguntabas a mí en el año 2004 o 2005, nos era muy pesado porque nuestro negocio era chiquitito y para consolidar balances había que cumplir con normas de compliance para una compañía que operaba en Nueva York. Pensábamos que era burocracia y que no tenía sentido. Pero eso nos dio un orden operacional que nos permitió escalar”, calificó.

“Eso con el tiempo se convirtió en una ventaja y no lo hubiéramos hecho sin socios como ellos”, aseguró Larosa.

EL EMPRESARIO Y SU LUGAR EN EL MUNDO

En este marco, para Larosa la Argentina vivirá “tiempos vibrantes”. E incluso habló de su sueño personal no solo al frente de fyo, sino como empresario. Y como rosarino.

“Y yo tengo unas ganas muy fuertes de atravesarlos, eso me llena de entusiasmo. Creo que vamos a estar en un ambiente mucho más competitivo del que estuvimos hasta ahora, pero la competencia nos ayuda a mejorar”, planteó. “Ojalá vuelva a entrar esa plata que quiera comprar campos, y que quiera producir para consolidar sectores”, resumió.

Por eso le dedicó unas palabras especiales a su ciudad, una de las más importantes del país y fuente de puestos de trabajo directamente vinculados a la agroindustria. “A mí me encanta lo que hago y mi sueño es tener un grupo multinacional basado en Rosario, eso me da mucho sentido y para mí es muy importante que todo esto esté basado en Rosario y que gran parte del empleo que generamos esté aquí”, comentó.

“El impacto que busco en la sociedad es ese, a través de la actividad empresarial. Es lo que sé hacer, lo que disfruto y lo que me gusta”, se definió y cerró.