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El pasado 29 y 30 de septiembre se llevó a cabo el encuentro académico profesional más relevante de la región vinculado con el cultivo de Trigo y que se realiza cada cuatro años en diferentes zonas de nuestro país. En esta edición, coincidente con la novena organización del Congreso Nacional de Trigo, además se realizó el VII Simposio de Cereales de siembra otoño-invernal y III Encuentro del Mercosur, desde la ciudad de Tres Arroyos, Provincia de Buenos Aires. Contó con la participación de 48 expositores nacionales y del exterior quienes compartieron sus conocimientos y trabajos científicos ante más de mil personas que siguieron minuto a minuto las dos jornadas científicas tecnológicas de manera virtual, dedicadas a la investigación en trigo y los cereales de cosecha fina.

“Será una fecha muy recordada en Tres Arroyos. La ciudad instalada en el corazón triguero de Argentina, ha tenido su exitoso Congreso. Este logro se debe al compromiso y a la dedicación de todos los involucrados en la organización”, destacó Horacio Forján, integrante del Comité Organizador.

La ingeniera Elena Molfese, quien fue junto al ingeniero Francisco Di Pane -ambos de la Chacra Experimental Integrada Barrow- coordinadora de la comisión académica, manifestó que en el resultado del Congreso “hay un gran mérito de los investigadores que nos apoyaron enviando sus resultados y de los disertantes que desde el primer momento estuvieron a disposición”.

Con un balance más que positivo, Molfese indicó que fueron más de 16 horas de transmisión entre ambas jornadas, con tres salas emitiendo en simultáneo. “Tuvimos que adaptarnos a la virtualidad y si bien extrañamos la presencialidad que nos permite interactuar con nuestros colegas, esta nueva manera de comunicarnos mejoró algunos aspectos. Al ser virtual y gratuito, hizo posible que personas de los ámbitos más diversos aprovecharan los distintos contenidos”, analizó la técnica.

Excelencia

“Los resultados de las investigaciones que presentaron los distintos grupos fueron de excelencia y eso se plasmó en casi 180 trabajos científicos que serán publicados en actas digitales junto a los posters”, explicó Molfese. Y agregó: “Estamos orgullosos de los conocimientos que este Congreso generó, y los trabajos quedarán como consulta y estimamos como líneas de propuestas a explorar en nuevas investigaciones”.

El Congreso estuvo dividido en cuatro ejes temáticos y en cuanto a la distribución de los trabajos recibidos, el 60% estuvo dedicado a temas vinculados con “Manejo de cultivo y nuevas tecnologías”, y “Mejoramiento genético y biotecnología”. En tanto que los temas de “Protección vegetal y estrés biótico” y “Calidad industrial y postcosecha” se repartieron el 20% en cada caso.

Por su parte, las disertaciones estuvieron a cargo de 15 especialistas del exterior y 33 del ámbito nacional, todos científicos de renombre que fueron propuestos por la Comisión Académica del Congreso, integrada por destacados especialistas en temas relacionados al trigo y los cultivos de cosecha fina.

Algunos de los trabajos recibidos fueron seleccionados para ser expuestos en forma oral. La mayor parte de estos provenían de grupos de investigación de Institutos, Facultades y Experimentales de Argentina, pero también se recibieron trabajos de Chile, Perú, Brasil, Paraguay, Uruguay y España.

Por su parte el ingeniero Fabricio Lazzarini, también integrante de la comisión organizadora, agradeció a las empresas sponsors el acompañamiento recibido a pesar de haber tenido que postergar la fecha y modalidad del Encuentro, debido a la pandemia por Covid-19, y el apoyo recibido por la gran mayoría para continuar con la realización del evento.

Se puede revivir el Congreso a través de la página www.trigo2021.org.ar  donde encontrarán la galería de videos con todas las disertaciones completas, así como también el libro de resúmenes, organizado por bloque temático con todos los trabajos que fueron presentados, incluido el poster respectivo. A través de la misma web, aquellas instituciones, profesionales del sector, científicos y académicos interesados en llevar adelante la organización del próximo Congreso Nacional podrán postularse y compartir ideas para comenzar a organizar el X Congreso Nacional de Trigo a realizarse en el año 2025.

Para más información ingresar en www.trigo2021.org.ar o contactarse a través de las redes

Este novedoso producto biológico de Summit Agro aumenta las defensas de los cultivos de trigo y soja, otorgándoles una mayor capacidad para hacerle frente a diferentes tipos de estreses bióticos y abióticos.

Si uno elige vacunar a sus seres queridos, a sus mascotas, a su ganado, y vacunarse a uno mismo, ¿por qué no vacunar a sus cultivos si ello fuera posible?

Hoy esto es posible gracias a Howler, un producto de Summit Agro netamente biológico, que surge como resultado de la investigación desarrollada por un grupo de científicos del CONICET, en conjunto con la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres de Tucumán (EEAOC) y con la Universidad de Tucumán. Ellos descubrieron una nueva proteína natural extraída de un patógeno fúngico de la frutilla, llamado Acremonium Strictum SS71, que activa y aumenta las defensas en las plantas, mejorando su nivel de protección frente a distintos tipos de estreses bióticos y abióticos. No contiene microorganismos vivos, ya que el principal ingrediente activo es una proteína extracelular.

Así lo cuenta el Ing. Agr. Vicente De Lisi, el responsable de desarrollo comercial del NOA con casi 10 años de experiencia en investigación de campo en la Estación Colombres.

En sus numerosos estudios, los investigadores encontraron que esta proteína vegetal desencadenaba un proceso de síntesis de defensa de la planta y que la preparaba para cuando llegara el individuo que tenía la capacidad de enfermarla. Entonces la planta de frutilla recibía mejor estos patógenos. Los trabajos demostraron que, aplicando esta proteína, la planta desencadena un proceso de síntesis de defensa sistémico en todo su cuerpo, como si se hiciera presente la enfermedad y ella creara sus propios anticuerpos.

Al desencadenar tres vías diferentes de defensa dentro de la planta, no es un mecanismo específico dirigido a un patógeno. Es decir, a diferencia del modo de acción de un fungicida químico, Howler desarrolla un proceso generalista, no específico, de manera que la planta se defiende bien para todas las enfermedades. No obstante, cuando la presión de inóculo es mucha, el proceso termina superando la defensa y por ello se recomienda mezclarlo con el fungicida.

De esta manera, cuando los cultivos tienen mucha presión de enfermedades, dependiendo el año y las condiciones ambientales, la mejor alternativa es aplicar Howler junto a un fungicida químico, por ejemplo, RACE RM. Así, se lograrán mayores rendimientos. Asimismo, según el problema a controlar, la zona y el cultivo existen opciones en el orden de aplicación, primero el producto y luego el fungicida químico.

“De la frutilla pasamos a la soja, el trigo y la cebada, con resultados exitosos”, continúa De Lisi, y “en principio todos los ensayos se hacían para ver como bajaba el nivel de severidad de las enfermedades. Y eran tantos los ensayos que en cada uno se iba dando algún tipo de estrés diferentes, y así se descubrió que la planta no solo se prepara para soportar estrés de tipo biótico como enfermedades, sino también estreses abióticos como sequías o anegamiento”.

En cuanto a la calidad de aplicación, se recomienda trabajar con cono hueco como todo fungicida. De todas maneras, su efecto se ve favorecido por el modo de acción de Howler, que al desencadenar un proceso sistémico en la planta, no es necesario pegarle directo al patógeno como en el caso de un insecticida. Por otro lado, se adapta muy bien en mezclas de tanque con insecticidas, fungicidas sin problemas de precipitados.

El momento de aplicación en soja se recomienda desde R1 a finales de R5 y en trigo es de Z2 ó Z3 en adelante. Aunque ello depende del año ya que cuando las enfermedades se adelantan se prefiere adelantar las aplicaciones. Al ser un producto netamente preventivo, se aplica antes de la aparición de la enfermedad o del estrés. A modo de ejemplo, cuando se tiene el pronóstico de una sequía, es conveniente aplicarlo antes de que se produzca el estrés.

El Ing. Agr. Vicente De Lisi, aclara: “En cultivos de invierno lo estamos aplicando con anticipación a una helada, y entonces la planta se prepara mejor para este tipo de estrés.”

Otro beneficio de Howler es que al no actuar sobre el patógeno, no puede generar resistencia y además al ser de banda verde no deja residuos químicos.

Howler es producto del conocimiento científico que ofrece claros beneficios que redundan en la rentabilidad de los cultivos, por ello los especialistas recomiendan su uso.