Seguramente la mayoría de Uds. no conoce la ciudad de SINOP en Brasil y es lógico. Hace 40 años era un caserío casi inexistente, hoy es una de las ciudades latinoamericanas con mejor estándar de vida, habitada por 150 mil personas, prácticamente sin pobreza y con un crecimiento en su población a una tasa anual cercana al 10. Y no es una excepción. Hay más de 50 ciudades en Brasil que durante ese periodo despegaron y hoy tienen niveles de vida del primer mundo. Todas con modernos aeropuertos y nuevas líneas aéreas conectándolas, en donde el gran motor ha sido la agroindustria. Es la demostración empírica de como hizo Brasil para generar una revolución en vastas zonas del país haciendo crecer el bienestar de enormes masas rurales y urbanas de un modo exponencial.
Mientras que en 50 años nuestra producción agrícola-ganadera aumento 6 veces, la de Brasil lo hizo 14 y sus exportaciones las multiplicaron por 70 aniquilando la famosa trampa de la escasez de dólares que aquí nos desvela.
Eso fue producto de una clara estrategia de desarrollo que fue mantenida por todos los gobiernos de diferentes colores. Un mercado interno bien abastecido a precios competitivos sin jamás cerrar las exportaciones, con una carga fiscal razonable y no discriminatoria. Esto mismo sucede en otros países vecinos como Uruguay, Paraguay o Bolivia. Mientras tanto en esto 50 años la Argentina se embarcó en una política que priorizó el cortísimo plazo, lo que implicó un nefasto sesgo anti exportador cuyos pésimos resultados están a la vista.
Señor Ministro, es el momento para que nuestro país cambie de estrategia para revertir esta difícil situación. La permanente crisis que venimos viviendo como sociedad tiene una salida. Dejar de mirar el corto plazo en donde el estado se apodera de los márgenes de los pocos sectores competitivos – lo que nos viene llevando hace décadas por un lento declive – para pasar a potenciar esos sectores, pensando en agrandar la torta, aumentar nuestras exportaciones e iniciar el circulo virtuoso del desarrollo federal y la generación de empleo de calidad. Sin duda ello impactara positivamente en la recaudación aun con alícuotas menores.
Ud. bien sabe que es posible porque ya lo planteo en el PEA. El desafío es poner los faros largos con políticas estables que no ahoguen la producción agroindustrial. Entendemos que el proceso de rebaja de retenciones debe ser gradual, pero debemos empezarlo ahora. Hay que lograr un tipo de cambio de mercado, un plan logístico integral manteniendo el buen trabajo que se viene haciendo en el rubro ferroviario e incluyendo una pronta licitación internacional de la hidrovia, fomentar la adopción de tecnología para los cultivos con una justa retribución y control, profundizar la estrategia de agregado de valor en nuestras exportaciones, volver a poner los biocombustible en la agenda, no discriminar al sector en cuanto a líneas de crédito o controles de precios o cierres de exportaciones, trabajar en un sistema de seguros agrícolas y garantizar la sustentabilidad ambiental de nuestros productos teniendo en claro que la agroindustria no es el problema sino parte de la solución como bien expreso Ud. en la cumbre de Glaslow.
Llevar esto a la práctica requiere un acuerdo entre todos los partidos mayoritarios que genere certidumbre y un cambio de expectativas transformando las ideas en políticas de estado. Desde las 4 cadenas que formamos parte del CAA, somos actores claves para lograr ese acuerdo.
Nosotros estamos convencidos de que, con medidas adecuadas, la explosión en nuestras exportaciones agroindustriales será rápida y tendrá un enorme impacto en nuestra economía y en el bienestar de toda la sociedad ya que no somos solo el campo, sino también industria y ciudad. En esto se juega el futuro del país, necesitamos que los líderes políticos adopten esta visión. Usted la entiende Sr Ministro: el momento es hoy. Cuente con nosotros para iniciar esta cruzada en donde se juega el bienestar de las futuras generaciones de argentinos.